La mejor pastilla es el sueño.
El mejor antidepresivo es el deporte reforzado por la ausencia de televisión.
La mejor bebida energética es el agua.
La mejor red social es una mesa repleta de libros expectantes.
El mejor antiestrés es la naturaleza.
El mejor lujo es el tiempo.
El mejor calmante es tu respiración.
MUNDO. ¿Qué papel es tu papel?
POBRE. Es mi papel la aflicción, es la angustia, es la miseria, la desdicha, la pasión, el dolor, la compasión, el suspirar, el gemir, el padecer, el sentir, importunar y rogar, el nunca tener que dar, el siempre haber de pedir.
Calderón de la Barca, el gran teatro del mundo
Jane Wilde Hawking dijo: “Cuando luchamos contra el destino, sólo las cuestiones universales —vida, supervivencia y muerte— tienen importancia”.El periodismo actual ya no es una vocación, sino una profesión especial. Una profesión de lo no dicho o de la mentira difundida por los cuatro puntos cardinales, por lo que inevitablemente es una profesión desviada y deprimente. A fuerza de favores y derechos, los periodistas se han convertido en influyentes, en empleados utilizados para lavar el cerebro a las masas. Los periodistas que tergiversan la realidad son alimentados tanto por multimillonarios y sus primas, como por los gobiernos y sus subvenciones. Terceros tóxicos que, directa o indirectamente, tienen un verdadero derecho de vida o muerte sobre su capacidad para subsistir y percibir sus salarios. Junto a los dinosaurios del negocio de la información, jóvenes y ambiciosos denunciantes y verificadores de hechos ocupan ahora su lugar. En términos gráficos: diferentes salsas para el mismo plato llamado «comida basura de las noticias».
Actuando como bandas organizadas, se han hecho con el control de las mejores frecuencias de televisión, radio y redes sociales: elijan su frecuencia, elijan su menú; ¡disfruten de su lectura y buen provecho!
La Carta de Múnich, por ejemplo ,ya sólo tiene rival en el Juramento Hipocrático como un vestigio de una época pasada. Hoy en día, la censura ni siquiera tiene que venir de arriba abajo: ¡la autocensura funciona por sí sola y es prácticamente autosuficiente! se ha vuelto insoportable, tan insoportable que es fácil demostrar, a través del absurdo, la omnipresencia de reglas periodísticas solapadas que operan en la sombra entre el silencio, la parcialidad y el doble rasero. Un solo error, un solo paso en falso… y se acabó tu carné de prensa, tu derecho a ejercer la especial profesión de periodista. Comprender que, en este contexto, la justicia ya no es la de un patrón o un tribunal, sino la de una maquinaria mucho más vasta, poderosa y formidable, con ramificaciones globales institucionalizadas como «justicia». Esta maquinaria bien podría llamarse «el imperio de la mentira»
Veamos una pequeña demostración sobre el gran tema de Israel, un tema por excelencia, que no admite malentendidos ni aproximaciones…
Antes, conviene hacer una advertencia: los persas, los chinos, los rusos y los antiguos reinos de África no son más que usurpadores. No todo el mundo es un «pueblo elegido»: son las Sagradas Escrituras las que nos lo dicen, es la Biblia «la que te lo dice», la biblia interpretada y adaptada segun mis intereses sionistas, claro está. Así pues, a fuerza de pruebas y méritos, los hebreos o judíos son ahora un pueblo que ha redescubierto su tierra prometida, la tierra de sus antepasados, una tierra que se ha convertido en su Estado, el sagrado Estado de Israel. Sin embargo, la continua injusticia que sufren los judíos sigue existiendo. La prueba es que el famoso Estado sigue siendo sólo un pequeño Estado que no tiene realmente el tamaño que merece. Así que el Gran Israel se prepara para ocupar su lugar. Es falso que los palestinos sean nativos de Palestina desde la época de las cavernas. Falso, también, en libros y mapas anteriores a 1940. Pero, regresemos tras la advertencia a las pequeñas demostraciones pendientes, enormes falacias:
Los árabes atacan siempre primero y siempre le corresponde a Israel defenderse. Y punto. Las hostilidades nunca tienen el menor motivo histórico, y los acontecimientos del pasado ya no importan. No tiene sentido hablar de historia. Aparte del genocidio judío por los nazis, no hay hechos históricos que importen. Y punto. Basándose en este principio, Israel sólo reacciona con mesura ante las acciones de los peligrosos locos árabes que deben ser castigados, incluidos los escudos humanos.
Por otro lado, los ataques de Israel son siempre quirúrgicos: Incluso los numerosos errores garrafales se califican de «accidentes lamentables». Los medios de comunicación insisten en que Israel tiene el control, incluso cuando mueren civiles. Es simplemente «mala suerte, errores colaterales».Y punto.
Del mismo modo, los enemigos de Israel no pueden ser víctimas, sino responsables y culpables de su propia ceguera. Mejor aún, los enemigos de Israel están condenados a dispararse en el pie, causándose daño a sí mismos por pura torpeza. No importa si es militar o estadísticamente creíble, lo importante es que sea «plausible». Por el contrario, si los enemigos de Israel responden y hay muertos o heridos, aunque sean leves, se llamará terrorismo. Siempre.
Es bien sabido que aunque una mentira repetida 20 veces sigue siendo una mentira, repetida 200 veces se convierte en una verdad. Los puntos de vista divergentes no tienen sentido: Israel siempre actúa moralmente. Cualquiera que cuestione esta narrativa es marginado inmediatamente. Como contrapunto, a veces es conveniente recordar que hay que dar ejemplo, mencionando el encarcelamiento o la detención policial de cualquiera que niegue los pequeños dos ejemplos anteriores.
Israel tiene derecho a atacar indiscriminadamente a soldados y civiles con el pretexto de la seguridad. Las felicitaciones de los aliados occidentales sirven para reforzar esta narrativa. Israel tiene todo el derecho a matar civiles, pero también tiene todo el derecho a matar a sus dirigentes, sobre todo si son los negociadores oficiales de un alto el fuego y, por tanto, los artífices de la paz. Del mismo modo y lógicamente, tras el asesinato de un líder peligroso, o el de sus peligrosos sucesores. ¿La invasión del sur del Líbano? En defensa propia, ¡por supuesto! No para establecer el proyecto del Gran Israel, sino simplemente para deshacerse de él. ¡Y punto!
Si una bomba israelí cae sobre un civil, por ejemplo, la muerte no es culpa de la bomba. Es culpa del civil que no tenía nada que hacer allí. En cuanto a los hospitales o los periodistas, no tienen nada que hacer en el lugar. Vamos, muévanse, no hay nada que ver. En este sentido, La matanza de civiles, incluidos mujeres y niños, debe mantenerse en secreto. Los medios de comunicación abogan por cierta moderación y borran todas las pruebas visuales de la violencia para no «perturbar» a la opinión pública. Y no olvidemos que ante las acusaciones o las críticas, es imprescindible contemporizar, hasta que las investigaciones se hayan diluido o los jueces hayan sido sustituidos por perfiles más favorables. Comprender que la justicia es un arte delicado que, si se precipita, corre el riesgo de suscitar odios. Punto final.
Por supuesto que los palestinos o los libaneses tienen derecho a defenderse. Pero sin armas ni estrategia. El uso de túneles, por ejemplo, es un error. Un poco de sencillez y visibilidad sería mejor. Frente a aviones furtivos o tanques ultramodernos, es mejor ir con el torso desnudo y las manos sobre la cabeza. Los militares israelíes, en cambio, son presentados como héroes sensibles y morales.Los palestinos y libaneses amputados representan un peligro. Hay que atarlos y encerrarlos, aunque no haya una razón clara para hacerlo. La cifra oficial de 12.000 prisioneros es plausible. Imposible. Los heridos bajo los escombros no cuentan. Las fosas comunes no cuestionan la moralidad de Israel. Palestinos o iraníes pueden ser juzgados sin abogado y seguir muriendo. Los cuerpos serán devueltos después de semanas en cámaras frigoríficas si las familias aún existen. Por favor, comprenda que «nadie» irá a «nadie» y que «nadie» se quejará. Los niños sin apoyo ya son terroristas en potencia. Si hay hambruna o sed, acusen a Hamás o a los rusos/iraníes de malversación. Pero todo va bien, porque nosotros estamos del lado del orden y nos regimos por leyes justas y vivimos en democracias verdaderas, porque nosotros enviamos productos alimenticios y ayuda humanitaria a Gaza que para eso somos una comunidad de anormales solidarios que disfrutamos de tres comidas diarias con café y postre.
Tampoco viene mal desviar la atención. Cosa fácil cuando nos dirigimos a una ciudadanía aborregada pendiente del sorteo del mundial de clubes, o del puesto en la pole de Alonso en elpróximo Gran premio de Fórmula 1 de Qatar, pais de modales exquisitos con los LGBTI y avanzada democracia ejemplar que se traga la mentira de que los empleados de la UNRWA, organización vital para la supervivencia de las mujeres, los niños y los ancianos de Gaza, está compuesta por empleados que podrían ser terroristas, lo que justifica el cierre de la UNRWA y el borrado de los registros administrativos de los gazatíes para impedir su retirada. Por el bien de la imagen de Israel, hay que desviar las acusaciones de genocidio del fiscal de la CPI, de la ONU o de funcionarios de la UNESCO. Encontrar escándalos sexuales o financieros para desacreditar a estos críticos y proteger la reputación moral de Israel. Ah , para Hamás y Hezbolá, por ejemplo, evítese el feo término «resistencia». No importa que Israel sea una potencia ocupante en territorios ocupados. Arrogancia suena mejor. No hace falta recordar que, durante la Segunda Guerra Mundial, a los combatientes de la resistencia también se les llamaba terroristas. Sigamos.
Esta es su brújula para no perder nunca la orientación»: Hamás y Hezbolá, apoyados por Siria e Irán, forman el peor eje del mal vinculado al Islam de los mulás iraníes. Cuando Netanyahu llama a la sublevación en Líbano, es que la paciencia ha durado mucho, no el terrorismo de Estado. Él representa el bien. En (E)uropa , la noción de terrorismo se extiende a la de odio, haciendo omnipresente el conflicto. Israel: te vigila de cerca.» Dar las gracias es una obligación. En época de elecciones, la ayuda financiera y militar entra a raudales, creando un puente aéreo armamentístico. Minimizar el impacto económico, social o militar es crucial para ocultar la desigualdad de poder. . No hay que hacer ver a la opinión pública que nuestro mundo civilizado ayuda a un país rico a aplastar un territorio pobre, un gueto bloqueado desde hace décadas. Si se percibiera esta realidad, se hablaría de «crimen contra la humanidad» o de «genocidio». Para mantener la ilusión de un conflicto equilibrado, basta comparar la fuerza aérea de Hamás con tres ultraligeros y su armada con aletas y botes hinchables. Exagerar las amenazas, insistir en los cohetes para difuminar la percepción y borrar la historia de coexistencia pacífica en la región.
Somos una civilización judeocristiana pacífica, a diferencia de los musulmanes, reserva del mal. El tratamiento de la información es crucial en esta batalla. Hay que evitar los razonamientos con matices ajenos. La presencia israelí en los medios de comunicación es fortuita, no intencionada. Para influir en la opinión pública, transponga el conflicto israelo-palestino a los suburbios franceses, manteniéndose neutral. Para los periodistas, es una oportunidad de trabajo autónomo fácil y de promoción profesional. Sigan el ejemplo del Presidente francés, que no se reúne con todos los partidos, no por censura sino por respeto al arco republicano. Dudar es insultar a la profesión, y quien duda pierde su carné de prensa. Caza a las brujas, denúncialas. Si tienes dudas sobre estas reglas, vuelve a leerlas para hacerte una idea. Cierra los ojos y respira hondo. Serás coherente con Israel, los comprenderás, los amarás y los defenderás. Pero si te sientes manipulado, te acusarán de antisemitismo, una reliquia de la Shoah, y tus familiares y amigos serán igual de culpables. Te convertirás en un desconocido, en un objetivo del imperio de la mentira, en presa de los depredadores. En resumen, te convertirás en nada, en un don nadie.
El genocidio de Gaza es para abrir los ojos. Lo sabíamos, no se hablaba de ello, pero ahora urge desenmascararlos mientras se dan a conocer a sí mismos y a su farsa. Y es una larga historia. Desde los xoítas en Constantinopla hasta la España de Rodrigo y los judíos que abrieron las puertas de Toledo y Granada, pasando por la invasión bereber de Tarik. Desde la destrucción de la economía en la Edad Media hasta la imposición de la cultura woke. El desprecio tribal de todo lo que no son» ellos», como decía Tácito, ya lo convierte en un enemigo desde dentro que se mantiene increíblemente igual a sí mismo. Y con Israel se ha agudizado aún más. Una tribu que nunca fue una civilización ni una nación hasta 1948 está minando nuestra especie.
Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.
Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.
Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter
Als sie die Juden holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Jude.
Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte.
Cuando los nazis vinieron a por los comunistas,
me mantuve callado;
Yo no era comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
me callé;
Yo no era socialdemócrata.
Cuando se llevaron a los sindicalistas,
no protesté;
Yo no era sindicalista.
Cuando se llevaron a los judíos,
no protesté;
Yo no era judío.
Cuando me llevaron,
no quedaba nadie para protestar.
Martin Niemöller
En 1967 y como respuesta a las críticas sobre sus reportajes del juicio en Jerusalén contra Adolf Eichmann, Hannah Arendt publicó en las páginas de The New Yorker un ensayo titulado «Verdad y Política». Cuatro años después, y tras la filtración de los papeles del Pentágono, firmó en The New York Review of Books un ensayo hermano titulado «La mentira en la política» utilizando un método histórico-hermenéutico fundamentado en una amplia revisión documental tanto de fuentes primarias como secundarias para desarrollar de manera impecable su concepto de «defactualization», acuñado por la pensadora alemana haciendo referencia al enmascaramiento de la realidad, como un proto-concepto con el que Hannah Arendt ya nombró el fenómeno que hoy conocemos como pos-verdad, incluso antes de que el propio término apareciera y que contiene tres características básicas: la irrelevancia de la verdad factual, la pérdida de confianza de los ciudadanos en la política, y la destrucción de la esfera pública que degeneran en una ruptura del necesario espacio público de debate político, de contraste de ideas y de generación de acuerdos y consensos como consecuencia de todo lo anterior. En paralelo al tiempo que escribo esta entrada, Al Joulani condena a «Israel» por primera vez y pasa de ser las «nuevas autoridades», el «libertador de Siria», el «rebelde moderado» al «líder de facto» (dictador). Que lo es, pero eso no les ha importado hasta ahora. Los medios de desinformación son tan predecibles que dan mucha vergüenza. En cualquier caso, el objetivo para EEUU es seguir saqueando el petróleo del norte con la ayuda de los desahuciados, entregar al cliente judío el sur y conceder el norte a Turquía en agradecimiento por su ayuda: las reflexiones de Arendt se quedaron cortas ante toda la cochambre mental dentro de la que chapoteamos mientras el cuadragésimo séptimo, aquest any si, encabezado en esta ocasión por un teutón que hojea páginas de Kant, se congela en Leganés.
Let’s be careful out there