Desde la soledad al amor

Desde la soledad al amor

Dudo entre tener un sueño o siete. Cualquiera preferiría pasarse la tarde frotándose los talones hasta que le brotaran unas suaves alas que le permitieran retozar entre el cielo azul y los tejados, pero como yo, cargado con la Camisa de Hielo, la Camisa de Cuervo y la...
El otro Abel

El otro Abel

La elegancia literaria no es el arabesco que traza una mano diestra, sino la tangente ineludible a una multiplicidad de curvas mutiladas. Nicolás Gómez Dávila, Escolios a un texto implícito. Il Maestro parla e sente il mio dolore pulsare nel palmo della mano. Alla...
Keith jarret o el vórtice indivisible

Keith jarret o el vórtice indivisible

Se llama «hilos de la Virgen» a ciertos hilillos que flotan al viento y sobre los que ciertas arañas […] se lanzan al aire libre y hasta al huracán. […] [P]ero estas arañas hilan de sus propias entrañas esos hilos, esos livianos estambres en que se lanzan...
Elegancia sin límites

Elegancia sin límites

Infandum, regina, jubes renovare dolorem. Troya en llamas, siete años de exilio, trece buenos barcos perdidos. ¿Qué sale de allí? «Insuperada elegancia, majestuosa grandeza y suave ternura».  Isak Dinesen, Lejos de África  El mundo del jazz quedó desolado al...
Lo que en los sueños se goza

Lo que en los sueños se goza

(La fotografía aún está en el local.) Durante el otoño de 1901, Butch conoció en Nueva York a Sundance Kid y su compañera, Etta Place. Ésta era joven, Hermosa e inteligente, y tenía a sus hombres en un puño. Su prontuario de Pinkerton dice que había sido maestra de...
El tiempo anómalo

El tiempo anómalo

Nuestro mundo no será salvado por intelectuales ciegos ni académicos aburridos. Lo salvarán los poetas y los luchadores, aquellos que forjaron la «espada mágica» de la que hablaba Ernst Jünger, la espada espiritual que hace palidecer de miedo a monstruos y tiranos....