La laisse du temps peut être située dans le monde:
Elle se situe entre le jadis et la mort.
Oe écrivit à Narumi:
Je me hâte
sur le peu de chemin
que laisse à découvert la marée.
Pascal Quignard, Les Ombres errantes
Ningún músico, quizá ningún artista en la historia del arte occidental, ha tenido tanto que decir sobre su propia vida, obra e ideas como Richard Wagner. Y, con la posible excepción de Beethoven, ningún músico ha ejercido tanta influencia sobre los hombres e incluso sobre las naciones como Wagner en los últimos cien años. Sólo durante su vida, Wagner fue objeto de diez mil artículos y libros que atacaban, defendían y explicaban su sistema y su culto. Hoy, los estudiosos del teatro, la música y la política contemplan con desconcierto el impacto de este hombre en una civilización tan antigua, tan rica y tan sofisticada que parece inmune al asombro. En principio parece verosímil que cuanto mayor sea el tiempo empleado en la escucha y análisis de su obra menor será la autoridad o la influencia de la crítica respecto a la opinión propia, aunque también es cierto que la autoridad y la influencia rara vez están bien delimitadas. En la relación de un autor con el espectador y la crítica, parece más bien que se superponen en un mismo plano como un palimpsesto.
Sin embargo, Wagner es un inventor y la única forma de rebeldía que admite bien diferenciada es la rebeldía totalmente anagónica, indiferente de la opinión o el sentimiento de quienes dicen que saben o creen saber más que nosotros. De modo que a Wagner siempre se regresa porque nos recuerda que la mirada antigua es una mirada inquisitiva, contemporánea, ( no es necesario, como sucede con los secesionistas de una nación, que toda autoafirmación tenga que respirar enemistad).
Wagner, inventa el cine. Me refiero al hecho prodigioso de que es el primero en querer apagar las luces de un teatro. No es algo baladí, pues este hecho lleva al espectador al deber de estar solo y probar su soledad.
Su genio creador es prodigioso. Para Wagner, la música del futuro no era otra que la Gesamtkunstwerk, un ideal según el cual la convergencia de todas las facetas del arte teatral debía producir una experiencia verdaderamente transformadora.
Se dice que a Wagner le encantaba la idea de que su sombra pudiera extenderse mucho más allá de su frágil figura. Lo que nos muestra parece ser… no el evento en sí, sino el rastro».
La resaca del tiempo puede ser situada en el mundo
Se sitúa entre lo anterior y la muerte.
Oé le escribió a Narumi:
Me apresuro
sobre el escaso camino
que deja al descubierto la marea.
Trayendo estas consideraciones a la cuestión insoslayable de» vivir con tu propia música» he aquí algunos apuntes sobre el irresoluble entredicho en que nos pone la interpretación entre influencia y autoridad en la dualidad objetiva, material, y relevante por la naturaleza irreversible de lo que se dirime, entre lo estético y lo ético.
Intento formarme una imagen coherente del mundo en el que habito. Pese a ello, a no ser que se trate de tomar decisiones para sobrevivir, la racionalidad no me atrae. Soy mucho más proclive a la esfera tornadiza y esquiva de la emoción en donde lo realista y lo mudable se encuentran en un precario equilibrio. En mi relación con la fisicidad del mundo, me resulta inevitable no crear imágenes acústicas donde la combinación de lo que veo y lo que escucho se anudan para modelar mi forma de sensibilidad, mi modo de estar, mi Da-Sein .
Mi música, es intransferible. No es el tipo de música que la gente puede escuchar para disfrutar. Y no trata las técnicas musicales actuales que se consideran el lenguaje de la música académica contemporánea. Mi música se basa en mis necesidades sensibles, en el deseo de plasmar en una entidad física el sonido, lo espiritual, mi sentido de vivir plegado a lo trascendente . Al fin y al cabo, vivir es un intento, con la ayuda de nuestros limitadísimos sentidos, de sentir cosas inasibles, de fijar imágenes y sensaciones extrañas que no pueden expresarse con palabras.
Una vez que la llama se aprieta entre los dedos, enseguida reina la oscuridad alrededor.
Así como la oscuridad rodeó los miembros desnudos y el cráneo rasurado de Syagrius en la sombra de la celda que estaba situada más abajo del dique del Loire.
El último rey de Roma preguntó (quaesivit) cuando moría (cum moriebatur) dónde (ubi).
¿Dónde estaba el dónde donde surgía el mundo?
¿Dónde el dónde donde desaparecía?
Preguntó (cuando moría) dónde estaban los brazos de los apagavelas. ¿Dónde la extinción? ¿Dónde el dormir sin sueños?
¿Dónde está el espejo en el que no se registra el reflejo?
Todo lo que vemos espera ser de alguna manera reconocido, lo recibimos como una información sobre la que la conciencia y la memoria comienzan a trabajar; el sonido no; el sonido es algo que te penetra por debajo del umbral del control: el sonido es una invasión. Estamos expuestos al sonido, somos sus víctimas. La música se cuela por los poros de la piel: no la percibimos por los oídos, la música nos atraviesa. No es realmente posible decir cómo suena, sólo que suena. Saber cómo suena es un tipo particular de conocimiento que sólo parece ser útil, o incluso existir, en el momento de escucharlo». La música viene para matarnos, para quitarnos de en medio. El encuentro entre lo que propone lo que vemos ( la imagen) choca con la tonalidad emocional del sonido creando en el impacto ( en ese contraste), un elemento adicional que no tiene porqué surgir necesariamente en el momento del choque pero que abre una herida en la que elemento visible puede caer profundamente. Mi quehacer cotidiano consiste en hurgar en esa herida que acoge un espacio paralelo e inexplicable de la realidad que siento intuitivamente. Establezco una relación esencial con el sonido porque pertenece a la esfera emocional que alberga al silencio, un silencio poderoso que paradójicamente no existe en absoluto, pues incluso dentro de la herida ,el vacío de ese espacio de repente se convierte a su vez en sonido. Sonido que no es más, en principio, que un cuerpo adherido a la materia. Digo «en principio» porque son muchas circunstancias de las que depende su cualidad. Incluso sin meterme en los avatares de la vida, como los económicos o los de salud : la condición social de la familia, el estado de concordia o discordia de las distintas relaciones familiares, la comunidad o separación de residencia entre los miembros, los colegios, incluso la talla física y la musculatura alcanzadas entre los quince y los diecisiete años, en el caso de un varón, y aun me atreveré a decir que especialmente en comparación con las condiciones físicas de padre.
Durante el proceso ( que no es consciente ) percibo la memoria de la cosa ( o la imagen de ella) de la que proviene el sonido, y parece como si ese elemento volviera convertido en una especie de fantasma. Es algo poderoso. Pero sea esto lo que fuere. la palabra más equívoca y, por lo tanto, más inoperante en esta clase de cuestiones es la palabra libertad.
A veces, como ahora, cuanto más habla un hombre, más se debilita.
Let’s be careful out there