[…] Cuando el esfuerzo constante por lograr la perfección espiritual y la doctrina ascética han llevado al hombre hasta un cierto grado, se le aparecen fugitivos y gratos destellos de la luz de la Verdad, semejantes a relámpagos, que de pronto alumbran y velozmente se extinguen[…]
Avicena, kitab al-isharat wa’l-tanbihat
Alguna vez dije, quizá con razón: la cultura primigenia se convertirá en un monton de ruinas y al final quedarán sólo cenizas, pero sobre estas cenizas flotarán espíritus»
Ludwig Wittgenstein, Aforismos[ 23]
A finales de abril, la orquesta MusicAeterna ofrecerá dos conciertos en la Ópera de Dubai en la que será su primera gira en los EAU.
Con motivo de ello, el Khaleej Times, en una amplia entrevista de la que reproduzco un resumen, preguntó a Teodor Currentzis sobre la elección del programa, su carrera como director, su visión de la excelencia y lo que significa para él la perfección.
¿Por qué eligió obras de Wagner y Chaikovski para sus conciertos en Dubai?
Wagner, en mi opinión, es el compositor más importante del siglo XIX, un reformador del arte de la orquestación y el fundador de la práctica de la dirección de orquesta en su forma moderna. Es el hombre que cambió nuestras ideas sobre el arte al formular los principios de la Gesamtkunstwerk, la síntesis de todas las artes, que sigue siendo una innovación, una tendencia atemporal en la música. Naturalmente, la música que escribió puede parecer difícil de escuchar. En el programa que llevaremos a la Ópera de Dubai, presentaremos extractos de algunas de sus óperas más famosas pues forman una especie de sinopsis de la obra madura de Wagner y una especie de guía para una primera introducción a Wagner.
Chaikovski es nuestra alma, es en cierto modo una elección sentimental. Es una música emotiva, dramática, expresiva, muy personal, una de las cumbres del arte musical.
El lenguaje de la música es universal y, sin embargo, ¿espera alguna dificultad especial cuando actúa para un público de una cultura diferente? ¿Por ejemplo, esta vez en los EAU?
Eso es una de las cosas que más me interesan: cuando se encuentran personas de diferentes países, con diferentes experiencias vitales y profesionales que han crecido en culturas y tradiciones distintas. Esa comunicación es muy enriquecedora, nos da la oportunidad de formar una nueva manera de pensar para el futuro desarrollo de la cultura y la sociedad. Y es el espacio de la música el que nos da la oportunidad de hablar el mismo idioma, por muy diferentes que seamos, porque no hay barreras lingüísticas en nuestra imaginación.
Además, para mí es muy importante ahora entablar un diálogo con la cultura oriental. Me encanta la música árabe y la cultura árabe en general. Y es importante revelar el valor y la riqueza de la cultura árabe al mundo, incluso a través de un diálogo entre la singular cultura local y la música académica .
¿Cuál ha sido la filosofía de MusicAeterna desde que se fundó el grupo en Novosibirsk en 2004?
MusicAeterna es única en el sentido de que no es sólo una orquesta sinfónica en el sentido habitual. Es una comunidad de especialistas poco comunes que un día se reunieron para embarcarse en una expedición a gran escala para explorar lo que son la música y los seres humanos. Somos personas que no miran el reloj mientras esperan a que termine la jornada laboral. No consideramos en absoluto que lo que hacemos sea trabajo. Es nuestra vida, nuestro ministerio, nuestra misión.
La orquesta musicAeterna se fundó hace 19 años. Reunimos a jóvenes músicos, muchos de los cuales acababan de graduarse en el conservatorio. Eran jóvenes entusiastas enamorados de la música. Vivíamos en Siberia, muy lejos de todas las capitales del mundo y del ajetreo de la capital. Podíamos concentrarnos realmente en lo importante. Pasábamos mucho tiempo juntos: escuchando nuestra música favorita, viendo películas de autor, leyendo poemas, ensayando, sin pensar en el tiempo ni en las comodidades cotidianas. De hecho, seguimos viviendo así, aunque ahora pasamos la mayor parte del tiempo en grandes salas de conciertos y en festivales. Pese a ello , seguimos siendo monjes unidos por el mismo ADN, para servir a la música desde nuestro asombro y conciencia. La consecuencia de todo esto es una energía muy poderosa, y un resultado muy especial. Esto es lo que distingue a musicAeterna de muchas otras orquestas, la mayoría de las cuales producen un programa tras otro. Lo que hacemos en musicAeterna es un trabajo artesanal, de joyería.
¿Qué le inspiró para dedicarse a la dirección?
La música sinfónica me inspiró para dedicarme a la dirección. Nos guste o no, la mejor música está escrita para la orquesta. Y el instrumento más rico y expresivo que existe es la orquesta. La sinergia que se produce entre los músicos de un conjunto es como la unión de todos los elementos de la naturaleza: la piel de los timbales, el pelo con el que se fabrican los arcos, la madera de nuestros instrumentos procede de la naturaleza viva, los metales son de la tierra, y luego está nuestro aliento, que es aire, y el agua, que es nuestro cuerpo. Al formar parte de una orquesta, uno entra en una relación especial con la naturaleza, se expresa en ella y dice así algo importante.
Usted nació en Atenas en 1972. A los 22 años se trasladó a San Petersburgo porque quería estudiar dirección sinfónica con Ilya Musin. ¿Cuál fue la lección más importante que le enseñó?
Ilya Musin fue un profesor excepcional. Creo que lo principal que me enseñó fue a experimentar esos momentos mágicos que nacen en la música. Esta magia no se puede enseñar, pero observando a una persona que la tiene, en algún momento puedes sentir ese poder en ti mismo. No me refiero a la gente que hace trucos de magia, por supuesto. Me refiero a la capacidad de influir en la gente, de inspirarla, de extasiarla o calmarla con sus actos. Es un gran poder y un Don poco común. Y Musin lo tenía.
¿Hasta qué punto hay un elemento griego en usted como artista?
Creo que es muy importante para mí mantener mi identidad. No se imagina lo feliz que me pongo cuando veo a la gente con sus trajes nacionales interpretando música tradicional. Es tan hermoso cuando la gente no sucumbe a la globalización y a la esclavitud de la identidad, cuando conserva sus tradiciones, su esencia. También atesoro los descubrimientos que ha hecho la cultura griega: la literatura, el teatro, la música y los deportes nacieron en Grecia. Pienso en griego. Grecia es para mí una forma y un método particular de interpretar las cosas a través del prisma de la lengua, la cultura, la poesía y la filosofía griegas.
¿Prefiere dirigir repertorio sinfónico u ópera?
Soy más un director de ópera, pero ahora dirijo menos óperas, así que no dirijo un teatro de ópera. Pero cada año pongo en escena nuevas producciones en el Festival de Salzburgo y en el Festival Diaghilev. Pero no me interesa tanto el número de producciones ,sino la experiencia trascendental que me proporcionan, junto con el público. En general, me interesan aquellos ámbitos en los que hay inspiración, y la inspiración es siempre la oportunidad de crear algo nuevo.
Estoy muy ilusionado con nuestra próxima actuación en Dubai. Los Emiratos han aceptado el reto y han hecho realidad las ideas más ambiciosas, convirtiéndose en uno de los países más prósperos y exitosos del mundo. Esto me resulta muy cercano: hacer realidad lo imposible. Por lo tanto, mi gran deseo sería desarrollar la cooperación con músicos de talento de este país con un patrimonio único y rico para apoyar la idea de crear un centro cultural global en los EAU, que una la cultura local con la cultura académica europea.
Usted dijo una vez: «No tiene sentido interpretar algo que se ha interpretado mil veces antes que tú, a menos que lo hagas de forma diferente». ¿Cómo se las arregla para interpretar partituras sinfónicas muy conocidas de una forma nueva cada vez?
Tengo mucha suerte, porque hay muy pocas grabaciones o interpretaciones de referencia. Porque hacerlo de la manera correcta -encontrar el sonido que el compositor buscaba en su imaginación- es terriblemente difícil. Toda la vida intentamos acercarnos a ese sonido perfecto, pero es casi imposible conseguirlo.
¿ Qué es para usted la perfección?
La perfección es algo con lo que sueño, en lo que creo, pero que sigue siendo inalcanzable. Por mucho que nos esforcemos por alcanzarla, por mucho que nos acerquemos, siempre estamos a un paso de ella. Pero este sueño inalcanzable es precisamente lo que nos motiva a seguir por este camino.
¿Cómo transmite a los músicos durante el ensayo su intención a la hora de interpretar una pieza?
Aparte de explicar nuestra estrategia, cómo tocaremos y cómo crearemos el sonido que queremos, intento encontrar la fuente del sentimiento que nos ayudará a expresar lo que se refleja en la música. No se puede explicar, sólo se puede sentir.
Leonard Bernstein dijo sobre el papel del director de orquesta: «Es una especie de trabajo de conservador cuidar de los grandes tesoros del pasado, y es muy importante mantener vivo el gran museo de la música para el futuro.» ¿Cuál es, en su opinión, el papel principal de un director de orquesta?
Un director de orquesta es alguien que reúne a la gente a su alrededor, acumula su energía y le da una forma determinada. La cuestión es que la música que se escribe en papel es muda. Sólo se convierte en música cuando se interpreta. Pero, ¿cómo inducir a un gran número de personas, músicos, cada uno de los cuales es una personalidad separada, a convertirse en un solo organismo y reproducir exactamente lo que el compositor escuchó en su imaginación? Para eso está el director de orquesta, el mismísimo comisario del que hablaba Bernstein. Sólo que a mí me parece que el director de orquesta es algo más que un simple conservador. No se limita a decirle dónde colgar un cuadro, sino que lo pinta él mismo.
Usted está difuminando las fronteras entre géneros. ¿Qué siente por la música clásica árabe, el canto melismático y la coloratura?
Me gusta mucho la música árabe. Por cierto, la música griega es muy parecida a la árabe. En casa, cuando estoy solo, suelo escuchar música árabe, me calma y me tranquiliza. A menudo invito a intérpretes de música árabe a mi festival. Es muy interesante cuando en algunos proyectos se cruzan con músicos clásicos. Y vemos lo diferente que puede expresarse una misma idea. Y creo que cuanto más conserve la música árabe su identidad, cuanto más se resista a la unificación y conserve su antigua belleza, más inspirará a la gente.
En 2022, usted fundó Utopia, una orquesta que reúne a muchas culturas y nacionalidades diferentes. ¿Cuál es el ADN de Utopía y por qué eligió ese nombre?
Utopía es nuestra intención de soñar. En el pragmático mundo actual, todos los soñadores e idealistas se encuentran viviendo en Utopía. Cuando dije eso quería crear una orquesta en la que se reunieran los mejores músicos: concertinos y solistas de todo el mundo que no sólo fueran los mejores en su profesión, sino que también fueran apasionados de la música y estuvieran dispuestos a dedicar su tiempo a llegar a la esencia interior de un texto musical. Me han dicho que esto es una utopía. Pero esta primavera será la quinta vez que nos reunimos, y cada vez el listón que nos ponemos sube y sube. Una y otra vez, hacemos realidad lo irrealizable: una nueva Utopía. La utopía es lo imposible, eso es lo que nos atrae: hacer lo imposible. Los sueños más utópicos se hacen realidad una vez que dejamos de pensar que es imposible.
Let’s be careful out there