La radicalidad de la lectura
Leer es una forma de vida tan radical como la siembra del campo o la obediencia al hambre. Lo sabía Maquiavelo al vestirse de paños curiales para conversar con los muertos, y lo entendió Quevedo al escuchar, con los ojos, a los difuntos que siguen hablando entre las páginas. Y lo intuyó Petrarca, caminando al amanecer por los valles y grutas del Sorgue, acompañado no por hombres de carne y hueso sino por aquellos que, siglos atrás, dejaron en la escritura la huella de su carácter y su genio.
Leer no es huida, ni evasión, ni acumulación de erudición: es la manera más directa de confrontarse con el tiempo, con lo irrepetible, con lo que ya no está y sin embargo insiste. Frente a la distracción que todo lo banaliza, la lectura exige una disciplina del cuerpo y una obstinación de la conciencia: sentarse, abrir el libro, exponerse a la intemperie de unas palabras que no se pliegan a la voluntad. La radicalidad de leer está en aceptar que, durante ese tiempo, uno no vive su vida sino la de otros; y que en esa sustitución se juega quizá lo más propio, lo más nuestro.
Nicolò Maquiavelo
Carta a Francesco Vettori (10 de diciembre de 1513)
Abandonado el bosque, me dirijo a una fuente y de allí a un terreno donde tiendo mis redes para atrapar pájaros. Siempre llevo un libro conmigo: Dante, Petrarca o algunos de esos poetas menores como Tibulo, Ovidio y otros. Leo sus pasiones amorosas y sus amores, recuerdo los míos y me deleito un buen rato con esos pensamientos.
Cuando cae la noche regreso a casa y entro en mi escritorio. En el umbral me quito la ropa cotidiana, aún llena de fango y de mugre, y me visto con paños reales y curiales. Así, revestido con propiedad, penetro en las antiguas cortes de los hombres antiguos. Allí, recibido amorosamente por ellos, me nutro del alimento que solo es mío, para el que nací. No me avergüenzo de hablar con ellos y de preguntarles por la razón de sus acciones, y ellos, por su humanidad, me responden.
Entonces, durante cuatro horas, no siento molestia alguna: olvido las preocupaciones, no temo la pobreza, no me asusta la muerte. Todo me transfiero a ellos.
Francisco de Quevedo
Retirado en la paz de estos desiertos
Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh docta muerte!, el noble empeño.
Y así, con gran razón, se me presenta
tu cuerpo en la quietud de mi señora,
no al culto vano, sino al sabio ingenio.
Francesco Petrarca
Epistolario (Familiarium, XV, III, c. 1353)
Me levanto a medianoche y salgo de madrugada. En el campo, lo mismo que en casa, estudio, medito, leo y escribo. Cada día paseo por los montes puros, los frescos valles y las grutas. Lentamente recorro las dos orillas del Sorgue, sin encontrar a nadie, sin compañero ni guía, solo con mis pensamientos.
También me acompañan mis amigos, presentes o pasados. No solo aquellos que conocí personalmente, sino también los que vivieron siglos atrás y que únicamente conozco gracias a la literatura: hombres que admiro por sus actos y carácter, por su vida y costumbres, o bien por su elocuencia y talento. Todos estos amigos, tan diversos, de toda época y de todo país, suelo reunirlos en este estrecho valle.
Rferdia
Filósofo de formación, escritor por necesidad y ciclista por amor a la pendiente. Escribo desde una tensión que no cesa de reaparecer: cómo resistir desde la forma, cómo sostener sentido cuando el mundo se fractura. En el corazón de mi trabajo —articulado a través del dispositivo hermenéutico ZIA— habita la idea del deporte como Weltstammräumung: gesto que despeja, cuerpo que restituye, escritura que no huye.
(Neologismo de raíz alemana que alude al acto de desalojar el ruido del mundo para recuperar un espacio originario donde la forma aún tiene sentido.)
Let`s be careful out there